lunes, septiembre 25

PERIFLUS

Edita: Jesús Lorente Andrade y Jesús Martínez Sánchez
Cartagena, 1991.
7 números.
Tamaño: 30 x 21 cm.
Fotocopia B/N.
Número páginas: 20
Encuadernado con grapa.
PVP: 100 pts.




Cada número estaba dedicado a un tema diferente, así: Mafia, oeste, guerra, crimen, los borrachos, Ciencia ficción y terror. Sin ser exclusivamente de cómics, engloba este tema en cada número junto a otras vertientes referidas al tema de la monografía como cine, fotografía, literatura, etc. Las historietas ocupan una parte importante del mismo y son creadas por los editores, teniendo colaboradores que funcionan como articulistas y, ocasionalmente, como dibujantes: Javier Blanco, Jorge K. Lorente, Juanjo Sánchez, Mamen Domínguez Marchal, Fermín Tárraga, Ricardo Martínez, Enrique Espadiña,…

“La concepción del fanzine no podía ser más original: Cada número, intemporal y sin fecha, estaría dedicado monográficamente a un tema y tendría un título distinto, ante el desconcierto de cualquier lector asiduo. Todas las opiniones estaban permitidas por sus colaboradores, la mayoría de las veces encontradas entre ellos mismos (nazis y radicales de izquierdas solían opinar en un mismo número, algo insólito y no vuelto a repetir, desde entonces, en ninguna publicación "respetuosa con la libertad de expresión"), y el diseño interior venía marcado por una tira de cómic (sobre alguna película que viniera a cuento) que recorría la revista entera por su parte inferior desde la página 3 a la penúltima. Por entre medio de los artículos había, incordiando, memorables frases de películas, encuestas, fotografías o dibujos. Como secciones fijas solo una editorial, una dedicatoria y una referencia a los récords Guiness que tanto irritaba a mi socio.”
Texto extraído del libro: De espaldas al kiosco. Guía histórica de fanzines y papelujos de alcantarilla (Kike Babas y Kike Turrón. (Ed. El europeo y la tripulación. Col. Los libros del cuervo, 1996)


El propio editor, Jesús Martínez, con sus palabras, desglosaba en su web este título y, creo, que es el mejor documento para conocer la autentica génesis de uno de los fanzines más interesantes y divertidos realizados nunca.

Omerta:
Así se titulaba el primer número, tal y como se denomina a la Ley del Silencio entre los mafiosos, y es que estaba dedicado al mundo de la Mafia y gangsteril. La portada, que siempre era un collage homenaje a los cómics del género en cuestión, se ilustraba con "Torpedo 1936" (elegido merecidamente mejor cómic europeo de la década de los 80), "Spirit", "Agente secreto X-9" y otros clásicos. Ya la editorial con frases como "el código de honor de los gánsters es mucho mejor que el de la gentuza que nos gobierna" u "ojalá volviese a Cartagena la Ley Seca para podernos forrar y no esas restricciones de la pobre retrasada mental de la Delegada del Gobierno" (la delegada en cuestión había dicho que todo el que estuviera en la calle después de la una de la mañana es porque era un indeseable) nos definía como un punto y aparte de los otros fanzines de éxito de la ciudad, los cuales no dudaban en recibir subvenciones de las entidades oficiales, coartando con ello su libertad de opinión y contrariando todo lo que un fanzine representa.
Mientras veíamos la tira de cómic sobre "El precio de poder" de Brian De Palma, se podían leer interesantes artículos (a los creadores se sumarían las colaboraciones de Javier Blanco, Jorge "Kurly" Andrade y Juanjo Sánchez, todos ellos rebotados también del "69 niños degollados") sobre la Ley Seca, Bonnie y Clyde, Robert De Niro, Humphrey Bogart, Mortadelo y Filemón, El Padrino III, Torpedo 1936, Al Capone, Lucky Luciano y Dillinger. Todo ello entre diálogos cinematográficos, citas célebres y fragmentos literarios.
Los cómics, tanto el magnífico "Hombre pre-bebido vale por dos" de Jesús Lorente como el "Lo que el rio se llevó", de un servidor, eran muy torpedianos, hasta el punto que el segundo de ellos estaba basado en un relato corto de Sánchez Abulí.




Winchester:
El segundo número estaba dedicado al salvaje oeste americano, con un título que hacía referencia al más popular de los rifles allí usados. Tras dedicar la portada a, entre otros, Lucky Luke y Red Dust, la editorial agradecía "a todas las personas normales que nos apoyaron en el primer número" y deseaba "la peor suerte a todos aquellos despreciables roñosos incapaces de soltar un duro" (solo valía 100 pesetas). La maquetación mejoró considerablemente gracias a que Mamen Domínguez pudo usar el ordenador de su trabajo (por entonces eso de que alguien tuviera una computadora en su casa era impensable).
La historieta guía, si así se puede llamar, recreaba una escena de "Hasta que llegó su hora", de Sergio Leone, y a lo largo de las páginas (gracias a los mismos colaboradores que en el primer número) había artículos sobre el atuendo de los cowboys, Wild Bill Hickok, el cine mudo del oeste, John Wayne, Billy el Niño, Sergio Leone, Jesse James y Bailando con Lobos, entre otras cosas. Solo una nota negativa, un supuesto dibujante, colaborador recomendado, nos coló un dibujo supuestamente original (a pesar de mis sospechas) que resultó ser de un conocido cartel de cine. El tipo, para que lo vamos a encubrir, se llama Alcer. En cuanto a los cómics llevaba "El último duelo", un trabajo característico de Lorente y otro, de un servidor, que con el tiempo se ha convertido en un clásico: "Pancho López", adaptación cómica de la canción del maestro Guerrero que popularizaran el Trío Calaveras.




Kilgore:
Este tercer número, con el nombre del personaje que interpreta Robert Duvall en la película "Apocalypse now" (solo comprensible enmarcado en la pesadilla surrealista en la que Estados Unidos se vio metido en Vietnam), habría de destacar (aparte de por ciertas mejoras en la maquetación) por ser el más polémico. No es de extrañar, estaba dedicado a la guerra y cada colaborador no dudaba en dar pábulo a sus ideas políticas más extremistas, a pesar de que la editorial decía: "sin tomar ningún tipo de postura (...), solo pretendemos contar batallitas". Nada de ello habría de interferir en la amistad que los unía, como debe ser. La portada homenajeaba a clásicos del cómic bélico como El Sargento Furia, Ernie Pike, Beetle Bailey o Hazañas Bélicas.
La revista comenzaba, para asentarnos en la cruda realidad, con un listado de todas las guerras del siglo XX, que daba la espeluznante cifra de 101 conflictos (y aún le quedaban a la centuria 8 durísimos años). Luego venían los artículos sobre el Sargento York, el libro "Historia de la incompetencia militar", el desastre de la flota rusa del Báltico en 1905, el Ejército del Tercer Reich, Senderos de Gloria, la Revolución Cubana, El Barón Rojo, los desaparecidos del cazabombardero yanqui "Lady Be Good", el cine de propaganda, Robert Capa y la Guerra en la Ex-Yugoslavia (entonces en todo su apogeo). Como podrá verse no podía ser más ecléctica, pero todo estaba permitido.
En cuanto a los cómics, la historieta base iba sobre la famosa escena del "¡Charlie no hace surf!" de Apocalypse Now. Despues dos historietas, de un servidor, muy al estilo del fanzine, es decir, que al principio parece una cosa pero al final es otra: "Jungla" y "La Batalla". Esta última había permanecido inédita desde que fue finalista del concurso Murcia Joven unos años atrás. Además, algunos dibujitos y curiosidades.




Cluedo:
Con el nombre del popular juego de mesa que debía resolver un asesinato, fue bautizado el número 4, ya que este estaba monográficamente dedicado al mundo del crimen, sobre todo a los asesinos en serie. Pero no eran vistos con repugnancia, sino más bien con cierta comprensión tal como reflejaba la editorial: "¿Quién de nosotros no ha deseado más de una vez asesinar a alguien? Si hay alguno que dice que no, miente. Y si no miente que nos juzgue desde el cielo". Este número tenía más colaboradores (Fermín Tárraga y Richie Martínez se unían al club) y aun mejor maquetación, por desgracia todo ello daba al fanzine un aspecto demasiado parecido al periódico de sucesos: El Caso. Tras una portada homenaje a grandes obras sobre criminales del cómic (Las mil caras de Jack el Destripador, Little, etc.) pudimos disfrutar de artículos sobre El Estrangulador de Boston, Psicópatas cinematográficos, Gilles De Rais, la película Calma Total, Charlie Starkweather, Könrad Bergschober (un tipo que intentó matar a su mujer más de 12 veces, este artículo se llamaba "El que la sigue la consigue"), El Vampiro de Düsseldorf, El asesino de ancianas de Santander, los tiradores de Baranja, John Wayne Gacy y, por supuesto, Jack el Destripador.
En cuanto a los tebeos teníamos una tira sobre la película "La Noche del Cazador" recorriendo el fanzine, otra adaptando "El corazón delator" de Poe... ¡En una sola cara de un folio! (ambas mías), dos de diseños innovadores de Jesús Lorente Andrade y, estrenándose en el noveno arte, Javier Blanco con una inquietante adaptación de la canción de Ilegales "Todo está permitido", con Jesús Martínez como protagonista.




Peliflus:
No podía llamarse de otra forma el quinto número de la serie ya que era dedicado en exclusividad al divertido mundo de los borrachos. Dadas nuestras aficiones etílicas de entonces (y de ahora) el tema fue recibido con entusiasmo por colaboradores (algunos nuevos como Enrique Espadiña o Mamen Domínguez) y lectores. La bebida y los poderes curativos del alcohol eran valorados mientras se despotricaba contra la injusticia de la resaca, nuestro enemigo natural: "Es el sino del Hombre, ser castigado por haber disfrutado. Hay quién le llama castigo de Dios, yo le llamo putada", como rezaba la editorial. En la portada, como anticipo, grandes borrachines de tebeo como el Capitán Haddock, Mariano el Sobrio, Pepe Gotera o Avelino Pan y Whisky.
Los artículos que incluía el fanzine eran sobre los efectos médicos del alcohol, Charles Bukowsky, el 'despipote' que fue la inauguración del Centro Comercial Las Dunas, Tom Waits, Jackson Pollock, Montgomery Clift, la resaca, el Capitán Haddock, Jim Morrison, borrachos del rock and roll de los 50 y un simpático test para adivinar si usted es un borracho.
En cuanto a los cómics teníamos la habitual tira cinematográfica, a lo largo de 11 páginas, esta vez sobre una escena de "Días de vino y rosas" y un historieta surrealista sin título del gran Jesús Lorente. Menos que nunca, para alegría de todos aquellos ignorantes que siempre han considerado al cómic como un lastre denigrante para cualquier publicación.




2001:
Y llegó el número seis, el de menos tirada y menos éxito de todos. Quizás el mercado se había saturado, quizás el tema (la Ciencia-Ficción) no era tan querido como pensábamos, quizás el Servicio Militar nos había disgregado un tanto, quizás empezábamos a ser mayores para esto,... Quizás, quizás, quizás,... Y eso que el número era excelente: Innovadores diseños, buenos nuevos colaboradores (Chisco Samper) y un aspecto mucho más limpio. Nada importaba, "2001" (por la película de Kubrick) era el principio del fin y, si no hubiera sido por internet, "todos esos momentos se hubieran perdido en el tiempo como lágrimas en la lluvia". La editorial ya reflejaba ese cansancio vital: "Pensamos en no centrarnos en nada concreto y preferimos abordarlo como algo que nace únicamente de nuestra imaginación... la cual, sintiéndolo mucho, no da para más". En la alegre portada clásicos del género, como Flash Gordon, Goomer o El Mercenario.
Había artículos sobre: El experimento Filadelfia, la películas Akira, La Naranja Mecánica, Blade Runner y de serie B, los OVNIS, las fotografías psíquicas de Ted Serios y sobre Arnold Schwarzennegger, entre otras anécdotas y curiosidades.
Recorriendo la parte baja del fanzine estaba una escena clave de "Alien, el octavo pasajero" en cómic mientras que de manera innovadora, y sirviendo de precedente, las cuatro páginas centrales estaban ocupadas por una extraña historieta de Jesús Lorente titulada "El Quinto Jinete".




Morgue:
Séptimo y último número de nuestra querida creación. Hecho más por inercia que por otra cosa trataba el tema del terror, como el truculento título indica. Se notaba en cierta medida que todo se había acabado por la desgana general, una maquetación que recordaba la del primer número, menos colaboradores (a pesar del magnífico fichaje que representó para esta ocasión el desaparecido Hound Juanjo, ¿Donde te has metido Hound?) y algunos rellenos de última hora. La misma editorial contenía una auto crítica muy dura y finalizaba con un "nos suda todo un güevo". Como nota positiva decir que llevaba por primera vez un póster de regalo. En la, un tanto mal hecha, portada, clásicos del terror en el cómic como el Drácula de Fernando Fernández, Scooby Doo o Tumbita.
Había artículos sobre monstruos reales, la maldición de la momia, Edgar Allan Poe, Hammer Films, Drácula, Stephen King, Vincent Price y el Drácula de Coppola.
En cuanto a los cómics la habitual tira infinita, esta vez sobre la primera escena de la película "Un hombre-lobo americano en Londres", y una magnífica historieta sobre fantasmas de Jesús Lorente (¡Que manía de no ponerles título!)

Al año siguiente se intentó sacar adelante un nuevo número, dedicado al humor (creo que se iba a llamar "HARPO"), como si todos los anteriores números no hubieran sido graciosos. Aunque no llegó a ver la luz ya estaban escritos y casi maquetados cuatro artículos bastante buenos: Sobre Ivá (por Jesús Lorente), Billy Wilder (Kurly), la factoría Z.A.Z. y los Hermanos Marx (estos dos últimos míos).


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