PERIFLUS
Edita: Jesús Lorente Andrade y Jesús Martínez Sánchez
Cartagena, 1991.
7 números.
Tamaño: 30 x 21 cm.
Fotocopia B/N.
Número páginas: 20
Encuadernado con grapa.
PVP: 100 pts.
Cada número estaba dedicado a un tema diferente, así: Mafia,
oeste, guerra, crimen, los borrachos, Ciencia ficción y terror. Sin ser
exclusivamente de cómics, engloba este tema en cada número junto a otras
vertientes referidas al tema de la monografía como cine, fotografía,
literatura, etc. Las historietas ocupan una parte importante del mismo y son
creadas por los editores, teniendo colaboradores que funcionan como
articulistas y, ocasionalmente, como dibujantes: Javier Blanco, Jorge K.
Lorente, Juanjo Sánchez, Mamen Domínguez Marchal, Fermín Tárraga, Ricardo
Martínez, Enrique Espadiña,…
“La concepción del fanzine no podía ser más original: Cada
número, intemporal y sin fecha, estaría dedicado monográficamente a un tema y
tendría un título distinto, ante el desconcierto de cualquier lector asiduo.
Todas las opiniones estaban permitidas por sus colaboradores, la mayoría de las
veces encontradas entre ellos mismos (nazis y radicales de izquierdas solían
opinar en un mismo número, algo insólito y no vuelto a repetir, desde entonces,
en ninguna publicación "respetuosa con la libertad de expresión"), y
el diseño interior venía marcado por una tira de cómic (sobre alguna película
que viniera a cuento) que recorría la revista entera por su parte inferior
desde la página 3 a la penúltima. Por entre medio de los artículos había, incordiando,
memorables frases de películas, encuestas, fotografías o dibujos. Como
secciones fijas solo una editorial, una dedicatoria y una referencia a los
récords Guiness que tanto irritaba a mi socio.”
Texto extraído del libro: De espaldas al kiosco. Guía
histórica de fanzines y papelujos de alcantarilla (Kike Babas y Kike Turrón.
(Ed. El europeo y la tripulación. Col. Los libros del cuervo, 1996)
El propio editor, Jesús Martínez, con sus palabras,
desglosaba en su web este título y, creo, que es el mejor documento para
conocer la autentica génesis de uno de los fanzines más interesantes y
divertidos realizados nunca.
Omerta:
Así se titulaba el primer número, tal y como se denomina a
la Ley del Silencio entre los mafiosos, y es que estaba dedicado al mundo de la
Mafia y gangsteril. La portada, que siempre era un collage homenaje a los
cómics del género en cuestión, se ilustraba con "Torpedo 1936"
(elegido merecidamente mejor cómic europeo de la década de los 80),
"Spirit", "Agente secreto X-9" y otros clásicos. Ya la
editorial con frases como "el código de honor de los gánsters es mucho
mejor que el de la gentuza que nos gobierna" u "ojalá volviese a
Cartagena la Ley Seca para podernos forrar y no esas restricciones de la pobre
retrasada mental de la Delegada del Gobierno" (la delegada en cuestión
había dicho que todo el que estuviera en la calle después de la una de la
mañana es porque era un indeseable) nos definía como un punto y aparte de los
otros fanzines de éxito de la ciudad, los cuales no dudaban en recibir
subvenciones de las entidades oficiales, coartando con ello su libertad de
opinión y contrariando todo lo que un fanzine representa.
Mientras veíamos la tira de cómic sobre "El precio de poder" de Brian De Palma, se podían leer interesantes artículos (a los creadores se sumarían las colaboraciones de Javier Blanco, Jorge "Kurly" Andrade y Juanjo Sánchez, todos ellos rebotados también del "69 niños degollados") sobre la Ley Seca, Bonnie y Clyde, Robert De Niro, Humphrey Bogart, Mortadelo y Filemón, El Padrino III, Torpedo 1936, Al Capone, Lucky Luciano y Dillinger. Todo ello entre diálogos cinematográficos, citas célebres y fragmentos literarios.
Mientras veíamos la tira de cómic sobre "El precio de poder" de Brian De Palma, se podían leer interesantes artículos (a los creadores se sumarían las colaboraciones de Javier Blanco, Jorge "Kurly" Andrade y Juanjo Sánchez, todos ellos rebotados también del "69 niños degollados") sobre la Ley Seca, Bonnie y Clyde, Robert De Niro, Humphrey Bogart, Mortadelo y Filemón, El Padrino III, Torpedo 1936, Al Capone, Lucky Luciano y Dillinger. Todo ello entre diálogos cinematográficos, citas célebres y fragmentos literarios.
Los cómics, tanto el magnífico "Hombre pre-bebido vale
por dos" de Jesús Lorente como el "Lo que el rio se llevó", de
un servidor, eran muy torpedianos, hasta el punto que el segundo de ellos
estaba basado en un relato corto de Sánchez Abulí.
Winchester:
El segundo número estaba dedicado al salvaje oeste
americano, con un título que hacía referencia al más popular de los rifles allí
usados. Tras dedicar la portada a, entre otros, Lucky Luke y Red Dust, la
editorial agradecía "a todas las personas normales que nos apoyaron en el
primer número" y deseaba "la peor suerte a todos aquellos despreciables
roñosos incapaces de soltar un duro" (solo valía 100 pesetas). La
maquetación mejoró considerablemente gracias a que Mamen Domínguez pudo usar el
ordenador de su trabajo (por entonces eso de que alguien tuviera una
computadora en su casa era impensable).
La historieta guía, si así se puede llamar, recreaba una
escena de "Hasta que llegó su hora", de Sergio Leone, y a lo largo de
las páginas (gracias a los mismos colaboradores que en el primer número) había
artículos sobre el atuendo de los cowboys, Wild Bill Hickok, el cine mudo del
oeste, John Wayne, Billy el Niño, Sergio Leone, Jesse James y Bailando con
Lobos, entre otras cosas. Solo una nota negativa, un supuesto dibujante,
colaborador recomendado, nos coló un dibujo supuestamente original (a pesar de
mis sospechas) que resultó ser de un conocido cartel de cine. El tipo, para que
lo vamos a encubrir, se llama Alcer. En cuanto a los cómics llevaba "El
último duelo", un trabajo característico de Lorente y otro, de un
servidor, que con el tiempo se ha convertido en un clásico: "Pancho
López", adaptación cómica de la canción del maestro Guerrero que
popularizaran el Trío Calaveras.
Kilgore:
Este tercer número, con el nombre del personaje que
interpreta Robert Duvall en la película "Apocalypse now" (solo
comprensible enmarcado en la pesadilla surrealista en la que Estados Unidos se
vio metido en Vietnam), habría de destacar (aparte de por ciertas mejoras en la
maquetación) por ser el más polémico. No es de extrañar, estaba dedicado a la
guerra y cada colaborador no dudaba en dar pábulo a sus ideas políticas más
extremistas, a pesar de que la editorial decía: "sin tomar ningún tipo de
postura (...), solo pretendemos contar batallitas". Nada de ello habría de
interferir en la amistad que los unía, como debe ser. La portada homenajeaba a
clásicos del cómic bélico como El Sargento Furia, Ernie Pike, Beetle Bailey o
Hazañas Bélicas.
La revista comenzaba, para asentarnos en la cruda realidad,
con un listado de todas las guerras del siglo XX, que daba la espeluznante
cifra de 101 conflictos (y aún le quedaban a la centuria 8 durísimos años).
Luego venían los artículos sobre el Sargento York, el libro "Historia de
la incompetencia militar", el desastre de la flota rusa del Báltico en
1905, el Ejército del Tercer Reich, Senderos de Gloria, la Revolución Cubana,
El Barón Rojo, los desaparecidos del cazabombardero yanqui "Lady Be
Good", el cine de propaganda, Robert Capa y la Guerra en la Ex-Yugoslavia
(entonces en todo su apogeo). Como podrá verse no podía ser más ecléctica, pero
todo estaba permitido.
En cuanto a los cómics, la historieta base iba sobre la
famosa escena del "¡Charlie no hace surf!" de Apocalypse Now. Despues
dos historietas, de un servidor, muy al estilo del fanzine, es decir, que al
principio parece una cosa pero al final es otra: "Jungla" y "La
Batalla". Esta última había permanecido inédita desde que fue finalista
del concurso Murcia Joven unos años atrás. Además, algunos dibujitos y
curiosidades.
Cluedo:
Con el nombre del popular juego de mesa que debía resolver
un asesinato, fue bautizado el número 4, ya que este estaba monográficamente
dedicado al mundo del crimen, sobre todo a los asesinos en serie. Pero no eran
vistos con repugnancia, sino más bien con cierta comprensión tal como reflejaba
la editorial: "¿Quién de nosotros no ha deseado más de una vez asesinar a
alguien? Si hay alguno que dice que no, miente. Y si no miente que nos juzgue
desde el cielo". Este número tenía más colaboradores (Fermín Tárraga y
Richie Martínez se unían al club) y aun mejor maquetación, por desgracia todo
ello daba al fanzine un aspecto demasiado parecido al periódico de sucesos: El
Caso. Tras una portada homenaje a grandes obras sobre criminales del cómic (Las
mil caras de Jack el Destripador, Little, etc.) pudimos disfrutar de artículos
sobre El Estrangulador de Boston, Psicópatas cinematográficos, Gilles De Rais,
la película Calma Total, Charlie Starkweather, Könrad Bergschober (un tipo que
intentó matar a su mujer más de 12 veces, este artículo se llamaba "El que
la sigue la consigue"), El Vampiro de Düsseldorf, El asesino de ancianas
de Santander, los tiradores de Baranja, John Wayne Gacy y, por supuesto, Jack
el Destripador.
En cuanto a los tebeos teníamos una tira sobre la película
"La Noche del Cazador" recorriendo el fanzine, otra adaptando
"El corazón delator" de Poe... ¡En una sola cara de un folio! (ambas
mías), dos de diseños innovadores de Jesús Lorente Andrade y, estrenándose en
el noveno arte, Javier Blanco con una inquietante adaptación de la canción de
Ilegales "Todo está permitido", con Jesús Martínez como protagonista.
Peliflus:
No podía llamarse de otra forma el quinto número de la serie
ya que era dedicado en exclusividad al divertido mundo de los borrachos. Dadas
nuestras aficiones etílicas de entonces (y de ahora) el tema fue recibido con
entusiasmo por colaboradores (algunos nuevos como Enrique Espadiña o Mamen
Domínguez) y lectores. La bebida y los poderes curativos del alcohol eran
valorados mientras se despotricaba contra la injusticia de la resaca, nuestro
enemigo natural: "Es el sino del Hombre, ser castigado por haber
disfrutado. Hay quién le llama castigo de Dios, yo le llamo putada", como
rezaba la editorial. En la portada, como anticipo, grandes borrachines de tebeo
como el Capitán Haddock, Mariano el Sobrio, Pepe Gotera o Avelino Pan y Whisky.
Los artículos que incluía el fanzine eran sobre los efectos
médicos del alcohol, Charles Bukowsky, el 'despipote' que fue la inauguración
del Centro Comercial Las Dunas, Tom Waits, Jackson Pollock, Montgomery Clift,
la resaca, el Capitán Haddock, Jim Morrison, borrachos del rock and roll de los
50 y un simpático test para adivinar si usted es un borracho.
En cuanto a los cómics teníamos la habitual tira
cinematográfica, a lo largo de 11 páginas, esta vez sobre una escena de
"Días de vino y rosas" y un historieta surrealista sin título del
gran Jesús Lorente. Menos que nunca, para alegría de todos aquellos ignorantes
que siempre han considerado al cómic como un lastre denigrante para cualquier
publicación.
2001:
Y llegó el número seis, el de menos tirada y menos éxito de
todos. Quizás el mercado se había saturado, quizás el tema (la Ciencia-Ficción)
no era tan querido como pensábamos, quizás el Servicio Militar nos había
disgregado un tanto, quizás empezábamos a ser mayores para esto,... Quizás,
quizás, quizás,... Y eso que el número era excelente: Innovadores diseños,
buenos nuevos colaboradores (Chisco Samper) y un aspecto mucho más limpio. Nada
importaba, "2001" (por la película de Kubrick) era el principio del
fin y, si no hubiera sido por internet, "todos esos momentos se hubieran
perdido en el tiempo como lágrimas en la lluvia". La editorial ya
reflejaba ese cansancio vital: "Pensamos en no centrarnos en nada concreto
y preferimos abordarlo como algo que nace únicamente de nuestra imaginación...
la cual, sintiéndolo mucho, no da para más". En la alegre portada clásicos
del género, como Flash Gordon, Goomer o El Mercenario.
Había artículos sobre: El experimento Filadelfia, la
películas Akira, La Naranja Mecánica, Blade Runner y de serie B, los OVNIS, las
fotografías psíquicas de Ted Serios y sobre Arnold Schwarzennegger, entre otras
anécdotas y curiosidades.
Recorriendo la parte baja del fanzine estaba una escena
clave de "Alien, el octavo pasajero" en cómic mientras que de manera
innovadora, y sirviendo de precedente, las cuatro páginas centrales estaban
ocupadas por una extraña historieta de Jesús Lorente titulada "El Quinto
Jinete".
Morgue:
Séptimo y último número de nuestra querida creación. Hecho
más por inercia que por otra cosa trataba el tema del terror, como el
truculento título indica. Se notaba en cierta medida que todo se había acabado
por la desgana general, una maquetación que recordaba la del primer número,
menos colaboradores (a pesar del magnífico fichaje que representó para esta
ocasión el desaparecido Hound Juanjo, ¿Donde te has metido Hound?) y algunos
rellenos de última hora. La misma editorial contenía una auto crítica muy dura
y finalizaba con un "nos suda todo un güevo". Como nota positiva
decir que llevaba por primera vez un póster de regalo. En la, un tanto mal
hecha, portada, clásicos del terror en el cómic como el Drácula de Fernando
Fernández, Scooby Doo o Tumbita.
Había artículos sobre monstruos reales, la maldición de la
momia, Edgar Allan Poe, Hammer Films, Drácula, Stephen King, Vincent Price y el
Drácula de Coppola.
En cuanto a los cómics la habitual tira infinita, esta vez
sobre la primera escena de la película "Un hombre-lobo americano en
Londres", y una magnífica historieta sobre fantasmas de Jesús Lorente
(¡Que manía de no ponerles título!)
Al año siguiente se intentó sacar adelante un nuevo número,
dedicado al humor (creo que se iba a llamar "HARPO"), como si todos
los anteriores números no hubieran sido graciosos. Aunque no llegó a ver la luz
ya estaban escritos y casi maquetados cuatro artículos bastante buenos: Sobre
Ivá (por Jesús Lorente), Billy Wilder (Kurly), la factoría Z.A.Z. y los
Hermanos Marx (estos dos últimos míos).